sábado, 16 de febrero de 2013
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sábado, 9 de febrero de 2013
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domingo, 3 de febrero de 2013
Material Informativo
El cambio
climático afecta a todas las regiones del mundo. Los casquetes polares se están
fundiendo y el nivel del mar está subiendo. En algunas regiones, los fenómenos
meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes,
mientras que en otras se registran olas de calor y sequías. Hemos de actuar por
el clima ahora, o estos efectos no harán sino intensificarse.
El cambio
climático es una amenaza muy grave, y sus consecuencias afectan a muchos y muy
diversos aspectos de nuestra vida. A continuación figura una lista de las
principales consecuencias del cambio climático.
Consecuencias naturales
¿Qué consecuencias tiene el cambio climático para la naturaleza?
Aumento
de las temperaturas
La crisis
climática ha aumentado la temperatura media mundial y lleva a que se registren
más a menudo temperaturas extremas, como las que se alcanzan en las olas de
calor. La subida de las temperaturas puede aumentar la mortalidad, reducir la
productividad y ocasionar daños a las infraestructuras. Las consecuencias más
graves recaen en las personas más vulnerables (por ejemplo, bebés y ancianos).
También se prevé que el aumento de las temperaturas
cambie la distribución geográfica de las zonas climáticas. Son cambios que
alteran la distribución y la abundancia de numerosas especies vegetales y
animales que ya sufren la presión que supone la pérdida y la contaminación de
sus hábitats.
Pero además, es probable que el aumento de las
temperaturas influya en la fenología, esto es, en el comportamiento y los
ciclos de vida de las especies animales y vegetales. Esto, a su vez, podría
incrementar el número de plagas y especies invasoras, así como la incidencia de
algunas enfermedades humanas.
Al mismo tiempo, podría disminuir el rendimiento y
la viabilidad de la agricultura y la ganadería, así como la capacidad de los
ecosistemas de ofrecer importantes bienes y servicios (como el suministro de
agua limpia y de aire fresco y limpio).
Las altas temperaturas aumentan la evaporación del
agua, lo que, unido a la falta de precipitaciones, aumenta el riesgo de sequías
graves.
Aunque
las bajas temperaturas extremas (olas de frío y heladas) podrían ser menos
frecuentes en Europa, el calentamiento global hace más imprevisibles los
acontecimientos, lo que afecta a nuestra capacidad de responder con eficacia.
Sequías e
incendios forestales
Debido al
cambio climático, muchas regiones europeas ya hacen frente a sequías más frecuentes,
severas y duraderas. Una sequía es un déficit inhabitual y temporal del agua
disponible debido a la falta de precipitaciones, combinada con una mayor
evaporación ocasionada por las altas temperaturas. Es diferente de la escasez
de agua, que es la falta estructural de agua dulce durante todo el año debido a
un consumo excesivo.
Las sequías tienen a menudo efectos colaterales,
por ejemplo, en las infraestructuras de transporte, la agricultura, la
silvicultura, el agua y la biodiversidad. Las sequías hacen descender los
niveles de agua en ríos y aguas subterráneas, frenan el crecimiento de árboles
y cultivos, hacen aumentar las plagas y alimentan los incendios forestales.
En Europa, los aproximadamente 9 000 millones
de euros de pérdidas anuales debidas a la sequía se producen sobre todo en la
agricultura, el sector energético y el abastecimiento público de agua. Son cada
vez más frecuentes en Europa las sequías extremas y también aumentan los daños
que ocasionan.
Si la
temperatura media mundial aumenta 3 °C, se prevé que las sequías sean dos
veces más frecuentes y las pérdidas anuales absolutas en Europa asciendan a
40 000 millones de euros al año, lo que afectará con mayor gravedad a las regiones del Mediterráneo y el Atlántico. La mayor
gravedad y frecuencia de las sequías aumentará la duración y gravedad de las
temporadas de incendios forestales, sobre todo en la región mediterránea.
Además, el cambio climático extiende las zonas en riesgo de incendio forestal.
Regiones que hoy en día no son propensas a los incendios podrían llegar a ser
zonas de riesgo.
Disponibilidad
de agua dulce
A medida
que el clima se calienta, cambian los patrones de precipitación, aumenta la
evaporación, se funden los glaciares y sube el nivel del mar. Son todos
factores que afectan a la disponibilidad de agua dulce.
Se prevé que la mayor gravedad y frecuencia de las
sequías y el aumento de las temperaturas del agua hagan disminuir su calidad.
Estas condiciones favorecen el crecimiento de algas y bacterias tóxicas, lo que
agravará el problema de la escasez de agua, en gran medida causado por la
actividad humana.
También es probable que afecte a la calidad y
cantidad de agua dulce disponible el incremento del número de aguaceros
(lluvias intensas y repentinas), ya que puede provocar la filtración de aguas
residuales en aguas superficiales.
Los ríos
europeos suelen nacer en zonas montañosas: en Europa, el 40 % del agua
dulce viene de los Alpes. Pero los cambios en la dinámica de las nieves y
glaciares y en los patrones de precipitación pueden llevar a situaciones de
escasez temporal de agua en toda Europa. La alteración de los caudales
fluviales debido a la sequía también puede afectar a la navegación interior y
la producción de energía hidroeléctrica.
Inundaciones
En muchas
zonas se prevé que el cambio climático dé lugar a un aumento de las
precipitaciones. Si se prolongan, habrá sobre todo inundaciones fluviales
(desbordamiento de ríos), y los breves e intensos aguaceros darán lugar a
inundaciones pluviales, tipo de inundación que se produce sin que se desborde
ninguna masa de agua.
Las inundaciones fluviales son una catástrofe
natural frecuente en Europa y que, junto con las tormentas, ha provocado
muertes, desplazado a millones de personas y ocasionado enormes pérdidas
económicas en las tres últimas décadas. En los próximos años, es probable que
el cambio climático aumente la frecuencia de las inundaciones en toda Europa.
Al aumentar las temperaturas, se prevén tormentas
más frecuentes e intensas, y veremos más a menudo inundaciones repentinas.
En
algunas regiones, al disminuir las precipitaciones de nieve, habrá menos riesgo
de inundaciones a principios de primavera, pero al aumentar en zonas montañosas
el de inundaciones repentinas que desborden la red fluvial, esos efectos
podrían verse anulados a medio plazo.
Subida
del nivel del mar en zonas costeras
A lo
largo del siglo XX ha subido el nivel del mar, tendencia que se acelera en las
últimas décadas.
El aumento obedece sobre todo a la expansión
térmica de los océanos de resultas del calentamiento, aunque también contribuye
el derretimiento del hielo de los glaciares y de la capa de hielo de la
Antártida. Se prevé que Europa experimente un aumento medio del nivel del mar
de entre 60 y 80 cm a finales de siglo, lo que dependerá principalmente del
ritmo del derretimiento de la capa de hielo antártica.
En torno a un tercio de la población de la UE vive
a menos de 50 km de la costa. Estas regiones generan más del 30 % del
total del PIB de la Unión. El valor económico de los activos situados a un
máximo de 500 metros de los mares europeos está comprendido entre 500 000
millones y un billón de euros.
Junto con los demás efectos del cambio climático,
la subida del nivel del mar aumentará el riesgo de inundaciones y erosión en
torno a las costas, lo que tendrá importantes consecuencias para los
habitantes, las infraestructuras, las empresas y la naturaleza de estas zonas.
Además, se espera que la subida del nivel del mar
reduzca la cantidad de agua dulce disponible a medida que en las capas
freáticas vaya entrando más agua de mar. Es probable que también lleve a una
mayor salinización de las masas de agua dulce, lo que afectará a la agricultura
y al suministro de agua potable.
Tampoco
saldrán indemnes la biodiversidad de los hábitats costeros y los bienes y
servicios naturales que suministran. Desaparecerán muchos humedales, lo que
amenazará a especies únicas de aves y plantas y acabará con la protección
natural que estas zonas ofrecen contra las tormentas.
Biodiversidad
El cambio climático se está produciendo tan deprisa que muchas especies de plantas y animales tienen problemas para adaptarse. Hay claras pruebas de que la biodiversidad ya reacciona y seguirá reaccionando ante el cambio climático. Entre los efectos directos figuran cambios en la fenología (comportamiento y ciclo vital de las especies animales y vegetales), la abundancia y distribución de las especies, la composición de las comunidades, la estructura de los hábitats y los procesos ecosistémicos.
Debido a
los cambios en la utilización del suelo y otros recursos, el cambio climático
también tiene efectos indirectos en la biodiversidad, efectos que, debido a su
escala, amplitud y rapidez, pueden resultar más perjudiciales que los directos.
Entre los impactos indirectos se incluyen: la fragmentación y pérdida de
hábitats, la sobreexplotación, la contaminación del aire, el agua y el suelo, y
la propagación de especies invasoras. Estos impactos limitarán aún más la
capacidad de los ecosistemas de hacer frente al cambio climático y suministrar
servicios esenciales, como son la regulación del clima, el suministro de
alimentos y aire y agua limpios, y el control de las inundaciones y la erosión.
Suelos
El cambio
climático puede agravar fenómenos tales como la erosión, la reducción de la
materia orgánica, la salinización, la pérdida de biodiversidad del suelo, los
corrimientos de tierras, la desertificación y las inundaciones. Los efectos del
cambio climático en el almacenamiento de carbono en el suelo podrían obedecer
al cambio en las concentraciones atmosféricas de CO2, el aumento de las
temperaturas y la alteración de los patrones de precipitación. Las
precipitaciones extremas, el rápido derretimiento de las nieves y hielos, las
fuertes descargas fluviales y el mayor número de sequías son todos fenómenos
que guardan relación con el clima e influyen en la degradación del suelo.
También desempeñan un papel la deforestación y otras actividades humanas, como
la agricultura o el esquí. Es de prever que, debido a la intrusión de agua
salada provocada por la subida del nivel del mar y a las (periódicamente)
escasas descargas fluviales, haya más suelos salinos en las zonas costeras.
Aguas interiores
Debido a unos patrones de precipitación menos previsibles y a una mayor intensidad de las tormentas, se prevé que el cambio climático traiga consigo cambios importantes en cuanto al agua disponible en toda Europa. Habrá mayor escasez de agua, sobre todo en el sur y sureste de Europa, mientras que en gran parte del continente habrá mayor riesgo de inundaciones. Los cambios resultantes afectarán a gran número de regiones terrestres y marítimas, y a toda clase de especies y entornos naturales.
Los
organismos acuáticos tienen una gama específica de temperaturas que pueden
tolerar. De ahí que la temperatura del agua sea uno de los parámetros
fundamentales que determinan la salud general de los ecosistemas acuáticos. Al
cambiar el clima, la temperatura del agua de ríos y lagos ha aumentado y la
capa de hielo se ha reducido, lo que afecta a la calidad del agua y a los
ecosistemas de agua dulce.
Medio
ambiente marino
Los
efectos del cambio climático —aumento de las temperaturas de la superficie del
mar, acidificación de los océanos, cambios en las corrientes y patrones
eólicos— alterarán significativamente la composición física y biológica de los
océanos. Los cambios de las temperaturas y de la circulación oceánica podrían
afectar a la distribución geográfica del pescado. El aumento de la temperatura
del mar también podría permitir a especies exóticas extenderse a regiones en
las que antes no podían sobrevivir. Por ejemplo, la acidificación de los
océanos tendrá un impacto en una serie de organismos que segregan carbonato
cálcico. Estos cambios tendrán efectos inevitables en los ecosistemas costeros
y marinos, lo que, a su vez, acarreará consecuencias socioeconómicas
importantes para muchas regiones.
Amenazas sociales
¿Qué amenazas sociales trae consigo el cambio climático?
Salud
El cambio climático es una amenaza significativa, no solo para la salud humana, sino también para la salud animal y vegetal. Aunque es posible que no plantee demasiadas amenazas a la salud que sean nuevas o desconocidas, sí agravará y acentuará los impactos actuales.
Entre los efectos más importantes del cambio
climático para la salud figuran los siguientes:
- Aumento
de la mortalidad (muertes) y morbilidad (enfermedades) relacionadas con el
calor del verano.
- Disminución
de la mortalidad (muertes) y morbilidad (enfermedades) relacionadas con el
frío del invierno.
- Aumento
del riesgo de accidentes e impacto en el bienestar general debido a
fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones, incendios y tormentas).
- Cambios
en el impacto de enfermedades como, por ejemplo, las transmitidas por
vectores, roedores, agua o alimentos.
- Cambios
en la distribución estacional de algunas especies alergénicas de polen y
de la distribución de virus, plagas y enfermedades.
- Enfermedades
animales emergentes y reemergentes que aumenten los retos para la salud
humana y animal europeas en forma de zoonosis víricas y enfermedades
transmitidas por vectores.
- Plagas
vegetales emergentes y reemergentes (insectos, patógenos y otras plagas) y
enfermedades que afecten a los bosques y sistemas de cultivos.
- Riesgos
relacionados con cambios de la calidad del aire y el ozono.
Población
vulnerable
Las
personas que viven en zonas urbanas de renta baja, con infraestructuras
deficientes, así como, en general, los colectivos con menores ingresos y activos
son los más expuestos a los impactos climáticos y, a la vez, quienes menos
capacidad tienen de hacerles frente.
Cuando se requieren costosas medidas de adaptación,
las mujeres pueden sufrir un impacto desproporcionado y están en desventaja.
Pero, al mismo tiempo, las mujeres son agentes clave de la adaptación y, en
general, de las prácticas sostenibles.
Las personas desempleadas y socialmente
marginadas se encuentran entre las más vulnerables a los riesgos climáticos.
La población europea envejece y se ve afectada de
manera desproporcionada por problemas de salud o movilidad reducida, lo que
hará que una mayor proporción de la población resulte vulnerable a los efectos
del cambio climático.
El cambio
climático también empieza a afectar a los desplazamientos y la migración. Si
bien el clima es solo una entre las diversas causas de desplazamiento y
migración, muchos países socios se encuentran entre los más afectados en su
camino hacia el desarrollo sostenible. A menudo su población depende mucho del
entorno natural y tiene menos recursos para hacer frente al cambio climático.
Empleo
En todos
los países de la UE, el aumento de la temperatura, los cambios en los regímenes
de precipitaciones y la subida del nivel del mar afectarán directa o
indirectamente a la productividad y la viabilidad de todos los sectores
económicos, lo que tendrá repercusiones en el mercado laboral.
El cambio climático puede afectar a la
disponibilidad de mano de obra a medida que empeore el estado de salud de la
población y aparezcan nuevas limitaciones en materia de salud laboral (aumento
de la temperatura en el lugar de trabajo, riesgos naturales más frecuentes e
intensos que impidan a las personas acudir a sus centros, etc.).
Hay sectores muy vulnerables por depender de la
regularidad de las condiciones climáticas. El cambio climático provocará
alteraciones de la producción en sectores como la agricultura y el turismo.
A través
de grandes inversiones en adaptación, podrían crearse oportunidades de empleo e
ingresos en actividades tales como el refuerzo de las defensas costeras,
edificios e infraestructuras (ecológicas), la gestión del agua y la reubicación
de localidades en riesgo. Pero aún persistiría la incertidumbre sobre los
posibles efectos netos de estas inversiones en la creación de empleo. Para
aprovechar las oportunidades, será preciso mejorar las capacidades laborales.
Educación
Reducir
la vulnerabilidad y aplicar medidas de adaptación no son tarea y
responsabilidad exclusivas de los gobiernos. La gravedad del cambio climático
exige que colaboren los agentes públicos y privados para reducir esa
vulnerabilidad y adaptarse a los impactos. Pero no todas las partes interesadas
son conscientes o están informadas de su vulnerabilidad y de las medidas que
pueden adoptar para adelantar su adaptación al cambio climático. De ahí que la
educación y la sensibilización sean un componente importante del proceso de
adaptación a la hora de gestionar los efectos del cambio climático, mejorar la
capacidad de adaptación y reducir la vulnerabilidad en general.
Amenaza para las empresas
¿Cómo supone el cambio climático una amenaza a las empresas?
Infraestructuras
y edificios
Los
efectos del cambio climático afectan de modo particular a las infraestructuras
y edificios debido a su larga vida útil y su elevado coste inicial, además de
su papel fundamental para el funcionamiento de nuestras sociedades y economías.
Edificios e infraestructuras pueden ser vulnerables
al cambio climático debido a su diseño (escasa resistencia a las tormentas) o
su ubicación (por ejemplo, en zonas propensas a inundaciones, corrimientos de
tierras o avalanchas). De hecho, pueden quedar dañados o inutilizables por
cualquier tipo de cambio en las condiciones climáticas o fenómeno meteorológico
extremo: subida del nivel del mar, precipitaciones e inundaciones extremas,
temperaturas extremadamente altas o bajas, fuertes nevadas o vendavales, etc.
Las consecuencias del cambio climático para los
edificios e infraestructuras variarán según la región.
Energía
Ya
existen amenazas climáticas al sistema energético europeo, y se prevé que
aumenten. Se espera que el cambio climático reduzca la demanda de calefacción
en el norte y el noroeste de Europa y aumente considerablemente la de
refrigeración en el sur, lo que podría agravar aún más los picos de demanda de
electricidad en verano.
Al haber olas de calor más intensas y frecuentes,
cambiarán los patrones de la oferta y la demanda de energía, que a menudo
seguirán trayectorias opuestas. Si siguen subiendo las temperaturas y
registrándose sequías, habrá menos agua de refrigeración disponible para la
generación de energía térmica en verano (lo que reducirá el suministro
energético), mientras que aumentará la demanda de aire acondicionado.
A ello hay que añadir una mayor intensidad y
frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, que supondrá una amenaza
para las infraestructuras energéticas físicas: no solo las líneas de transporte
y distribución de alta tensión, sino también las subestaciones de transformación
y los transformadores.
El cambio
climático también genera mayor incertidumbre en torno a los patrones
meteorológicos en toda Europa. A largo plazo, esto tendrá efectos negativos
directos en la generación de energías renovables. Entre las consecuencias
inmediatas, en algunas zonas habría menos sol y viento que hasta ahora, o se
producirían olas de calor y sequías nefastas para los cultivos destinados a la
producción de energía a partir de biomasa.
Agricultura
El cambio
climático ya ha tenido y seguirá teniendo un impacto negativo significativo en
la agricultura europea a lo largo del siglo XXI debido al aumento del calor, la
sequía, las inundaciones, las plagas, las enfermedades y la disminución de la
salud de los suelos:
- Pérdidas
sustanciales en la producción agrícola (menor rendimiento de los cultivos)
- Reducción
de superficies adecuadas para el cultivo
Las regiones meridionales de Europa serán las más
afectadas, debido al calor y la escasez de agua. Si bien en el norte de Europa
las temperaturas más elevadas pueden abrir nuevas zonas para los cultivos de
temporada cálida, estos beneficios no compensarán las pérdidas en otras
regiones.
Silvicultura
Los
bosques también se ven afectados por el cambio climático, con un mayor riesgo
de sequías, tormentas, incendios, plagas y enfermedades que perturban la salud
de los bosques.
Se espera que cambie la biodiversidad de los
bosques europeos, ya que el cambio climático supone una amenaza particular para
las especies que están muy adaptadas a condiciones climáticas y medioambientales
específicas. Por ejemplo, la menor diversidad de especies arbóreas en los
bosques boreales las hace menos resistentes a las perturbaciones naturales y,
por tanto, más vulnerables al cambio climático.
Es
probable que el sur de Europa experimente una disminución general del
crecimiento forestal debido a la reducción de las precipitaciones. Además, el
impacto de los incendios forestales es especialmente fuerte en los ecosistemas
ya degradados del sur, y se espera que empeore con temporadas de incendios más
largas y severas.
Seguros
Según las
previsiones, la frecuencia e intensidad de la mayoría de los tipos de fenómenos
extremos cambiarán significativamente a consecuencia del cambio climático. A
corto plazo, si se atiende debidamente a la tendencia subyacente, las primas
aumentarán poco a poco, y el mercado de seguros absorberá estos cambios sin
sufrir perturbaciones. Pero a menudo, el conocimiento de los riesgos evoluciona
«por etapas», lo que puede suponer subidas de precio repentinas en breves
períodos de tiempo. A más largo plazo, y sobre todo en los sectores o regiones
más vulnerables, el cambio climático podría aumentar indirectamente las
disparidades sociales si las primas de seguros llegan a ser inasequibles para
una parte de la población.
Turismo
Para las
regiones donde el turismo es importante, las consecuencias económicas del
cambio climático pueden ser considerables. Se prevé que el sur de Europa
resulte mucho menos propicio para el turismo durante los meses clave del
verano, aunque mejoraría en otras estaciones. Aumentaría el atractivo turístico
de Europa Central a lo largo del año. Se esperan reducciones de la cobertura de
nieve, que en muchas regiones afectarán negativamente al sector de los deportes
invernales.
Problemas
transversales para las empresas
El cambio
climático amenaza a todas las empresas: todas están en el planeta Tierra. Pero
unas son más vulnerables que otras. Se espera que el impacto recaiga de forma
desproporcionada en las pymes, en forma de perturbación de sus actividades, daños
a bienes y problemas en las infraestructuras y cadenas de suministro, lo que
aumentará los costes de mantenimiento y materiales y hará subir los precios.
Ahora bien, la acción por el clima ofrece muchas nuevas oportunidades para que
las empresas desarrollen productos y servicios que ayuden a reducir las
emisiones y a adaptarse a un mundo que se calienta.